Boda Ingrid y Enoc

Este fin de semana preparamos las flores para la boda de Ingrid y Enoc. Tanto la ceremonia como la cena y la fiesta posterior tuvieron lugar en la fantástica finca de Torre del Pino en San Juan de Mozarrifar.

El vendaval que se levantó a mitad de tarde nos hizo sufrir un poco (desde luego los pétalos volaban más de la cuenta), pero finalmente todo estuvo preparado para la llegada de los novios y todo se desarrolló según lo previsto.

A continuación os dejamos una selección de fotografías que hicimos mientras montábamos la decoración, espero que os den una idea del fiestón que Ingrid y Enoc prepararon.
Desde aquí un saludo a la pareja, y cómo no:

¡¡¡VIVAN LOS NOVIOS!!!

Pasillo vegetal con bancos de piedra, los decoramos con unas bolas de clavel con base de aralia y una lánguida caída de cintas en malva y blanco. Daba una sensación muy romántica.
Arantxa daba los últimos retoques a una de las bolas de clavel.

Al terminar el paseo por “el pasillo vegetal”, los invitados llegaban hasta éste olivo de dónde colgaba la lista de invitados y su colocación en las mesas.

Tanto Ingrid como Enoc son fisioterapeutas, por eso todas las mesas tenían el nombre de un hueso. Cada una de las cintas llevaba el nombre del hueso correspondiente y los nombres de los invitados que debían ocuparla.
¡Una idea fantástica chicos!

Las cintas eran lilas y las cartulinas círculos blancos de distintos tamaños, además entre las ramas del olivo también colgaban pequeños cascabeles que sonaban con el viento.
Aquí veis el resultado y un detalle del pie del olivo, también decorado. Nos encantó a todos.
El efecto final no sólo era bonito visualmente, sino que el cascabeleo suave era muy agradable.

La ceremonia se ofició en el fabuloso jardín. Para ello dispusieron sillas vestidas y una alfombra roja, para destacar el camino de la novia colocamos centritos de lilium oriental blanco y alstroemerias en tonos rosas y lilas. Un reguero de pétalos acompañaba los centros, aquí sí el viento nos volvió locas.

Al otro lado del jardín un precioso cenador cubierto de hiedra escondía una mesa de piedra donde los novios dispusieron un libro para firmar.

Queremos agradecer la amabilidad con que nos trataron, qué bien cuando la gente está dispuesta a facilitarte en lo que pueda tu trabajo, gracias de verdad a toda la gente de Torre del Pino.
Y sólo nos queda preguntarnos. ¿El novio acabó en la piscina?

Como veis todo un derroche de cariño, ilusión y buen gusto. Gracias a Ingrid y su familia por hacernos partícipes de este día tan especial y dejarnos un recuerdo tan grato.
Un saludo y feliz viaje de novios.